En el I.p.e.t. 50 de San Francisco se llevó a cabo en 2011 un proyecto de capacitación en diversas etapas que benefició a unos ochenta becarios.
La Fundación Nicolás Losano asignó la beca que permitió llevar adelante esta iniciativa que tuvo un fuerte impacto posterior en el alumnado de la reconocida escuela técnica.
El I.p.e.t. 50 “Emilio Felipe Olmos” de San Francisco, también conocida como la “Escuela del Trabajo”, fue protagonista de una de las becas otorgadas por la Fundación Nicolás Losano, en el marco de un proyecto de capacitación que benefició a unos ochenta becarios. Uno de los coordinadores de la iniciativa, el profesor Jorge Tomé, dijo que el proyecto de capacitación “fue elaborado en 2010 y ejecutado en 2011. Nos habían comentado la posibilidad de becar a una persona para capacitarla, que elija un lugar para capacitarse, y le sugerimos que en lugar de invertir en la capacitación de una persona, realizábamos capacitaciones cortas pero para mayor cantidad de gente, con un proyecto más integrador. Propusimos eso, se aprobó y hubo unos ochenta becarios que participaron de esas instancias de capacitación, en las que intervino la UTN Facultad Regional San Francisco”. “Se capacitó en temas como microprocesadores, motores diesel y nafteros, controles de potencia industrial, seguridad industrial, es decir hubo varios campos de capacitación, donde el más intenso fue el de automotores.
Y eso benefició a todos, por eso le agradecemos a la Fundación por el respaldo al proyecto, como así también a los docentes y profesionales que se capacitaron y que después multiplicaron esa capacitación en los chicos. Por ejemplo en 2013 vamos a trabajar en un laboratorio en el que podremos implementar mucho de lo que aprendimos en esas capacitaciones, así que estamos llevando a la sociedad lo que gracias a la Fundación pudimos acceder”, agregó. También destacó que gracias al proyecto aprobado “los recursos que aportó la Fundación fueron distribuidos en forma masiva, optamos por una capacitación para todos los compañeros. Todo fue muy positivo ya que luego lo volcamos a los alumnos, con cambios curriculares, por ejemplo trabajamos en 2012 en la fabricación de un auto eléctrico, y la programación del mismo fue aprendida en una de las capacitaciones. Ese auto está previsto que salga a la calle para ser utilizado para hacer mandados. Y ese es solo uno de los aspectos de lo que se logró con la capacitación recibida”.
Tomé destacó luego la importancia de participar de las convocatorias a becas que lanza la Fundación Losano “porque todos ganan, en estos proyectos nadie pierde, todos se benefician, no solo porque los becarios pueden acceder a un recurso para capacitarse sino porque se generan relaciones que van más allá de eso y que impactan en el bien común”.